La Masonería en Navarra (1870 – 1945)

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mason_navarraHe vuelto a tomar entre mis manos el libro “La masonería en Navarra, 1870-1945” del insigne historiador navarro Víctor Manuel Arbeloa.

Este libro fue publicado en 1976, poco después de la muerte del general Franco, por lo que cabe colegir que la labor de recopilación de datos y de investigación se realizó cuando la Dictadura daba sus últimos estertores.

Es el único estudio conocido sobre la historia de la Orden en Navarra y ello le confiere un especial interés.

La introducción está dedicada a dar respuesta breve a qué fue y qué es la Masonería, para lo que se basa en estudios históricos y en los Estatutos y Reglamentos de alguna Gran Logia y también presenta sucintamente la historia de la Masonería española en los siglos XIX y XX hasta 1945.

Los cinco primeros capítulos están dedicados a cinco Logias navarras y las vicisitudes y tribulaciones que atravesaron en su azarosa vida. En el sexto se presenta la figura del Alsasuarra Constantino Salinas, su historia y la de la Orden en dicha villa. El capitulo séptimo está dedicado a los masones navarros y la Iglesia.

El libro tiene cuatro apéndices. En el primero hay un escueto resumen de una iniciación masónica -en el que no se indica a qué rito se refiere- y la ceremonia de clausura de los trabajos. El segundo nos presenta la ceremonia de inauguración y consagración de un Templo Masónico de acuerdo al “Breviario del Francmasón” de Luis Almeida de Barcelona. El apéndice tercero es una reproducción del boletín oficial número 187 del Gran Oriente Nacional de España de 15 de abril de 1895, en el que se reproducen todas las Logias de dicha Orden y en el que aparecen tres navarras, la Logia Faro del Norte y la Logia Capitular Faro del Norte, ambas al Oriente de Pamplona y la Logia Resolución de Sangüesa. Es de destacar que dicha Gran Logia trabajaba todos los grados del Rito Escocés Antiguo y Aceptado –Simbólicos, del uno al tres y Filosóficos del cuatro al treinta y tres- algo inusual hoy en día. Finalmente, el cuarto apéndice es el Reglamento de la Respetable Logia Simbólica Luz de la Montaña número 82 al Oriente de Pamplona a 8 de febrero de 1890, el cual demuestra que las leyes por las que nos regimos los masones perduran en el tiempo sin perder su vigor.

Veamos las Logias en Navarra con más detenimiento:

La Logia Faro del Norte nº 28 parece que fue fundada el 12 de marzo de 1870 en Pamplona y debió sufrir numerosos altibajos a lo largo de su andadura, ya que se le conocen varias refundaciones. El primer documento que se conserva de la historia de la Orden en Navarra es el acta de una tenida de fecha 12 de marzo de 1882 –aniversario de la fundación del Taller- en el que se levantan de nuevo las columnas de esta Logia, se aumenta el salario a tres compañeros y se solicita a la Gran Logia que uno de ellos sea investido nuevo Venerable Maestro. No se tienen más documentos de la Logia más antigua de Navarra aunque se sabe que continuaba activa en abril de 1886.

La Logia Resolución nº 209 que trabajó al Oriente de Sangüesa, fue fundada el 12 de marzo de 1886. En dicha fecha, un Caballero Kadosh -grado 30 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado- de nombre simbólico Remo y de acuerdo al artículo 10 de la constitución de su Gran Logia, procedió a la iniciación de dos profanos y realizada ésta, proclamó la constitución simple del Taller, dándole el nombre de Resolución. Seguidamente se inició a otro profano, se aceptó la afiliación de un aprendiz y se aprobó el cuadro lógico, siendo el H? Remo su primer Venerable Maestro y ocupando el cargo de segundo vigilante uno de los aprendices recién iniciados. Desde luego, la burocracia y la carrera masónica eran entonces muy diferentes a la que los masones de hoy en día estamos acostumbrados.

Se sabe que esta Logia a lo largo de su historia estuvo compuesta mayoritariamente por hombres de profesiones liberales y que fue un tanto inestable y difusa. Las últimas noticias de la misma son de junio de 1890 y parece ser que trasladaron la capitalidad de la misma a Pamplona y participaron en una de las escisiones de su Gran Logia, algo recurrente en la historia de la Masonería española.

La Logia Vega del César al Oriente de Tudela fue fundada el 28 de junio de 1888 por dos maestros masones de nombres simbólicos Morse y Licurgo que habían pertenecido a la Logia Resolución de Sangüesa, asistidos por cuatro maestros en sueños –no activos. Después de la constitución de la Logia, se pasó a la iniciación de dos profanos. Para septiembre del mismo año y de acuerdo con el acta de la tenida de ese mes, el Taller había crecido espectacularmente, solicitándose el aumento de salario de los hermanos iniciados en junio.

Es de destacar la aparición de una mujer, Nicolasa Carpmayor, de nombre simbólico María de Pineda, de segundo grado. Parece que esta Logia ayudo a la expansión masónica en otros Valles ya que ofrecieron obreros del Taller para la constitución de una Logia en Tarazona. El último documento sobre este Taller tiene fecha de 14 de diciembre de 1893.

La fundación de la Logia Luz de la Montaña nº 82 se gestó el 8 de febrero de 1880 en Pamplona al reunirse varios hermanos masones y estar otros representados –entre ellos un Triángulo del Baztán, decidiéndose en dicha fecha el cuadro lógico del Taller y el reglamento interior y enviándose todo ello al Gran Comendador del Gran Oriente Nacional de España para su aprobación. Sin embargo y por motivos que no se explicitan en el libro, la carta constitutiva de la Logia no se expidió hasta el 3 de marzo de 1890, quedando finalmente erigida y consagrada en tenida del 5 de abril de dicho año. El último documento de esta Logia del que se dispone es una carta del Venerable Maestro al Gran Comendador de la Obediencia, de fecha 23 de octubre del mismo año, en el que le comunica la falta de apoyo que siente de otras Logias “más veteranas y enteradas”.

No se sabe con certeza la fecha de fundación de la Logia Justicia nº 59 al Oriente de Tafalla. El primer documento conservado es una carta enviada al Gran Comendador del Gran Oriente con fecha 8 de enero de 1890. Sin embargo, la profusa documentación que obra sobre este Taller permite situar al mismo en los avatares de la convulsa vida social y política de la época, mostrando las cartas y documentos que aparecen en el libro, un gran interés para todos aquellos interesados en la historia de España de fin del siglo XIX.

Este libro es, en suma, un bien documentado y ameno relato de la parca historia de la Masonería en Navarra y que recomiendo adquirir a todos aquellos que quieran engrosar sus anaqueles con trabajos veraces y científicos sobre nuestra Obediencia, ahíta de obras panfletarias de pseudo-historiadores, vendedores de éxitos comerciales.

A.F. M.·.M.·.

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